adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad. Abastecimiento en una primera redacción, adquisición en la última redacción. Pero nunca se redactó como compra.
También establece el Decreto que todas las fuerzas de seguridad del estado pasan a depender directamente de las órdenes del Ministerio del Interior.
A la hora de desarrollar este decreto, en un principio, sólo se permitió el desplazamiento hasta las huertas y campos, a quien acreditaba que la agricultura era su actividad principal.
Sin embargo esta aplicación no tuvo en cuenta la diversidad del territorio ni las zonas rurales. En el cierre de actividades se consideró los huertos de autoconsumo y los pequeños mercados como lugares de esparcimiento, en lugar de reconocer el papel imprescindible de abastecimiento que tienen en los pequeños municipios.
Esta visión urbana de la alimentación ha producido numerosos casos absurdos en las zonas del interior.
Se intentó con ello evitar los desplazamientos de gente de las ciudades hacia los pueblos,
Sin embargo, los habitantes de las zonas rurales han visto cómo se les privaba del cuidado de sus huertos mientras no se evitaba del todo estos desplazamientos, siendo, una vez más, perjudicados en los agravios comparativos frente a las ciudades.
En lugar de poder aprovechar la primera ventaja en muchos años frente a las ciudades (la de situación privilegiada en el confinamiento por Covid-19) las zonas rurales se han visto perjudicadas. Más cuanto menor densidad de población, ya que la aplicación de la norma ha venido condicionada por la presencia de policía local en los municipios, y las directrices que se dieran desde estos.
Estas semanas hemos visto algunos despropósitos. Como que no se haya permitido ir a por leña a quienes habitualmente usan este medio de calefacción, ante una primavera lluviosa. O que habitantes de estas zonas no hayan podido ir a recoger verdura o a plantar la cosecha de verano de autoconsumo, mientras sí podían hacer decenas de kilómetros para comprar en supermercados.
A la vez, con la llegada de las Pascuas han tenido que ver gente abriendo sus segundas residencias y burlando los controles. Con la vuelta al trabajo de los sectores no esenciales, se han encontrado con una gran paradoja por los desplazamientos habituales en pequeñas empresas de construcción o de aquellas personas que trabajan en ciudades pero viven en el interior, que han podido hacer cientos de kilómetros semanales para ir a trabajar, pero no han podido desplazarse a cuidar de sus huertos, dentro del mismo municipio.
En algunas zonas se ha podido paliar debido a que los controles de caminos los ha efectuado la policía local. En el caso de Valencia ciudad, por ejemplo, el Consell Agrari facilitó un salvoconducto a los productores, para que pudieran circular.
Y en algunas comunidades autónomas, la presión de ayuntamientos y Consellerias, consiguió desatacar la situación desde un principio, a través de directivas propias.
Es el caso de Catalunya, donde se permitió la venta de alimentos en los pequeños mercados, o de el Gobierno Balear, donde la Conselleria, dirigida por Mae de la Concha (Podemos) consiguió que se me mantuvieran abiertos desde el principio.
El problema, de nuevo, han sido los agravios comparativos. En las zonas más pobladas, al depender de la policía local y de los ayuntamientos, se ha tenido más libertad de maniobra. Sin embargo, en todos aquellos municipios de menos de 3.000 habitantes, sin policía local, la vigilancia en caminos y huertas ha sido realizada por la Guardia Civil y el Seprona, que dependen directamente de la delegación del gobierno. Y ha sido inflexible.
Así mismo, más de 600 organizaciones presentaron un manifiesto de la defensa de la pequeña producción y la soberanía alimentaria, frente a una gestión de la pandemia que amenazaba con fortalecer el poder de la gran distribución y eliminar de un plumazo toda la autosufciencia, los sistemas agropecuarios de cercanía y todos los esfuerzos por defender la transformación de productos y la venta directa.
Manifiestos:
Más de un centenar de organizaciones y colectivos de toda España acaban de registrar en el Ministerio de Agricultura, el 30 de marzo, una petición formal para que se «dicten las instrucciones pertinentes a las comunidades autónomas y ayuntamientos para que se busquen soluciones para los mercados no sedentarios de proximidad».
Más de 600 organizaciones exigimos medidas para apoyar la producción y comercialización agroalimentaria de pequeña escala, el ámbito agroecológico y la economía local
Más de 600 organizaciones de todo el estado siguen exigiendo, esta vez a los ministerios de sanidad y consumo, medidas para apoyar la producción y comercialización agroalimentaria de pequeña escala, el ámbito agroecológico y la economía local.
En la Comunidad Valenciana y otras autonomías, no ha sido hasta mediados de abril cuando las presiones sobre la delegación del gobierno, han conseguido que se envíe una notificación permitiendo estos desplazamientos, aunque su redacción sigue siendo ambigua.
Para poder garantizar el acceso, desde algunos municipios y organizaciones han tomado diferentes medidas, de manera que los usuarios puedan llevar un papel que justifique el desplazamiento y paliar así el miedo que se ha instaurado en las zonas rurales, así como la sensación de injusticia.
Algunas organizaciones han emitido certificados a sus miembros. Os dejamos algunos ejemplos y varias posibilidades a llevar adelante
Cooperativas:
Existe la posibilidad de que la cooperativa certifique la pertenencia
La Cooperativa ha señalado que la Delegación del Gobierno de la Comunidad Valenciana ha aclarado todas las dudas y les ha dado la razón: "libre movilidad para cualquier productor de alimentos, REGEPA y escrito de la Cooperativa son suficientes, e incluso movilidad para acudir a los huertos propios de la gente que vive en los pueblos. Eso sí, siempre con el sentido común de posponer las tareas no urgentes".
Ayuntamientos.
El Consell Agrari Municipal reparte 200 diligencias que permiten acudir a los campos Miércoles, 15 abril 2020, Hasta 200 salvoconductos lleva firmados de momento el Consell Agrari Municipal que los agricultores de Valencia puedan ir a sus campos sin el riesgo de una multa por burlar el confinamiento del coronavirus. Así lo ha anunciado el Ayuntamiento en relación con las diligencias aprobadas hasta ahora.
Ante el cierre de mercados, algunos organismos y productores optaron por la venta directa a través de medios telemáticos. El CAECV (Comité de Agricultura ecológica de a Comunidad Valenciana) puso en archa en su página web un mercado online para ayudar a sus productores.
Por lo tanto, con la colaboración de ayuntamientos y cooperativas, es fácil paliar esta situación.
Sería conveniente proponer desde los ayuntamientos, salvoconductos o diligencias para los usuarios. No es complicado y se hace de forma habitual para los permisos de quema, de manera que figure en las autorizaciones, polígonos y parcelas en propiedad en el catastro, o que se trabajan de forma habitual, para que no se vaya con miedo al campo.
Así mismo informar en las zonas rurales de que se pueden hacer los desplazamientos necesarios, siempre evitando el ocio, con una certificación de propiedad.
Hay que tener en cuenta que la mayoría del catastro está desactualizado, y muchos de los bancales se trabajan por cesión y de palabra.
Por lo tanto, en estos casos, los ayuntamientos tienen un papel primordial para asegurar que estos desplazamientos se permiten, se hacen con total seguridad, y no se perjudica la producción de autoconsumo en ninguna zona rural.
Son imprescindibles, además, para dar apoyo y asesoramiento a la pequeña producción local en temas tan importantes para su viabilidad como son el acceso a las ayudas y a la información, la colaboración con otros productores y con la restauración local, la transformación de productos, la creación de obradores (públicos, privados, compartidos....) y la venta directa y la venta online.
Necesitamos asegurar la supervivencia de este tejido productivo que enriquece la economía, vertebra el territorio, asienta población y conserva nuestras semillas y razas ganaderas, nuestro entorno y nuestra cultura.